Mar del Plata, el centro turístico y balneario màs tradicional de la Argentina, está ubicada a orillas del océano Atlántico, a sólo 400 km de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Esta vibrante ciudad de playas amplias y mar casi indomable tiene ademàs un pasado històrico que lo muestra y sostiene en su arquitectura, en sus paseos y parques, y en la memoria de su gente, que atesora tanto su vida costera y de pesca, como las leyendas y narraciones que se han ido transmitiendo en el tiempo.
Magníficas y extensas playas, amplias bahías, acantilados imponentes y bosques se alternan a lo largo de 47 km de costa. Sierras, campos ondulados, arboledas, lagunas, arroyos, quintas y canteras conforman paisajes rurales de gran belleza.
La temperatura media en invierno es de 10 ºC a 14 ºC y en verano es de 23 ºC a 27 ºC.
La población estable es de 650.000 habitantes y el arribo de turistas anual supera los 8.000.000.
Tiene muchos atractivos para visitar y conocer, principalmente sus playas: algunas céntricas colmadas de gente en el verano, con sus características carpas sobre la arena para protegerse del sol o el viento, otras playas mas extensas y con menos gente como las de la zona donde está el icònico faro que data del año 1891, y también playas respaldadas por acantilados con mar con olas y escolleras
Bellos contrastes de paisajes de las playas de una misma ciudad
Pero aqui voy a detenerme en un edificio clàsico de Mar del Plata : el Torreòn del Monje, ubicado a orillas del mar con hermosas vistas, sobre la barranca de Punta Piedras, en el Paseo Galíndez.
En 1929, los Arq. Eduardo Lanús y Federico Woodgate estuvieron encargados de la remodelación de la obra, para adaptarla a un club de tiro: El Pídgeon Club. Actualmente, tras reiteradas modificaciones, a cargo de concesionarios, funcionan allí un cafe-restarurante que abre de Martes a Domingo para disfrutar desayunos, almuerzos, te de la tarde y cena. Tambièn hay instalaciones propias de balnearios, salas de exposiciones, terrazas mirador, siendo un punto de preferencia para los paseos costeros.
Pero las historias que se convirtieron en mitos y leyendas populares rodean de misterio a este hermoso lugar de aires medievales. Esta es la historia que està detràs de las paredes de este edificio que merece ser visitado:
Hacia fines del siglo XVIII vivía en el torreòn el soldado Álvarez Rodríguez entregado a la meditación y a la ciencia de los astros . Èl protegía la fortaleza y mantenía relaciones amistosas con los indígenas que habitaban la vecina reducción del Lago -actual Sierra de los Padres- , así conoció a Mariña, una hermosa aborìgen que se dedicaba a la enseñanza de la música, y fueron frecuentàndose hasta que se enamoraron apasionadamente.
Al enterarse el cacique Rucamará, que también pretendía a Mariña decide asaltar la fortaleza y apoderarse a la fuerza de la hermosa india. Su intenciòn tiene èxito cuando en medio de la pelea con Âlvar, el cacique toma a Mariña y se escapa a caballo. Álvar Rodríguez tras una persecución logró acorralar a Rucamarà y éste al verse
cercado se arroja al mar desde lo alto de un acantilado, llevando consigo a Mariña. Y esa fue la ùltima vez que el soldado y su prometida se vieron. El soldado desconsolado regresa y se encierra en el torreòn, donde tras convertirse en monje vivió enclaustrado por el resto de sus días llorando a su amada, y observando el mar desde sus ventanas màs altas con la esperanza del milagro de verla volver. Cuenta la gente del lugar que en ciertas noches de quietud se escuchan desde lo alto de la Torre voces de dolor y llanto entrecortado y las figuras de una hermosa India y un monje se dejan ver a la luz de las estrellas.
Hermosa historia !
Gracias, Ana Alcira
(Hermoso nombre, a propósito! ) En realidad me gusta mucho investigar las historias que hay detrás de los lugares que se muestran interesantes o que conservan su atractivo a traves de muchos años. Me pongo a pensar «Por algo será» y ahí salgo a preguntar ! 🙂 Espero que te gusten alguna que otra de mis publicaciones. Saludos!